Lispector
Cuando escribo no miento
Este mes, en el Club Literario de Torremolinos, estamos leyendo La hora de la estrella de Clarice Lispector. Preparando la clase, buceo en el disco duro y encuentro un texto de 2006. Después de confesarme, resumo y presumo. Mi obra favorita de Lispector sigue siendo la misma.
Clarice Lispector (1920-1977), por lo menos, fue dos mujeres. No sé a cual de ellas habrá conocido usted, acaso a ninguna, pero la autora de Cerca del corazón salvaje no sólo era la escritora críptica de Agua viva o La pasión según G.H., aunque mi preferida es La hora de la estrella. Existía otra Lispector (la que yo conocí gracias a Clara Obligado) y la pueden encontrar en sus cuentos. “Felicidad clandestina” es el mejor que he leído. Por desgracia, le presté el libro a alguien y no me lo ha devuelto.
Y termino con una arenga (qué manido el recurso del usted).
Su mundo interior es la materia prima de su obra y no se molestó en disfrazarlo. Ahí está su mérito y su condena (la barrera del lenguaje, el lenguaje de las ideas), pero acérquense a ella, decidan hasta donde quieren llegar y lean, lean en el interior de esta mujer contradictoria, como usted y como yo, aunque ella sabía expresarlo.
Terminaba el artículo con una serie de enlaces para quien quisiera saber más. ¿Te suena? Han pasado dieciséis años y aquí sigo. Quiero pensar que mejor. Quiero pensar que dentro de otros dieciséis años no leeré estos artefactos y me dará tanta pena de mí mismo. O sí.
Vuelvo a mí: lo que escribiré no puede ser absorbido por mentes de mucha exigencia y ávidas de cosas sublimes. Porque lo que diré será apenas algo desnudo. Aunque tenga como telón de fondo —y ahora mismo— la penumbra atormentada que siempre hay en mis sueños cuando de noche, atormentado, duermo. Que no esperen, pues, estrellas en lo que sigue: nada brillará, se trata de un material opaco y por su propia naturaleza despreciable para todos.
Hila muy fino Lispector. No es una lectura apropiada para antes de dormir, pero tampoco es inaccesible. Solo hacen falta unas pocas claves. Su lenguaje es sencillo, pero intenta transcender los límites del lenguaje. Es tan consciente del proceso de escritura que es capaz de desarmarlo para que el lector pueda ver, al mismo tiempo, el “cómo se hizo” y la historia que está contando, con sus diferentes ingredientes: la trama, los personajes, su conflicto. Rompe la cuarta pared, te agarra por el brazo y te mete dentro de la obra. Resultado: el lector queda tan desconcertado que huye. Pero si aguantas las ganas de salir corriendo, si lees con atención (y conciencia), te detienes en cada una de sus palabras (y su música) y no te dejas dominar por ese ansia de intriga (no, aquí no vas a encontrar a ningún asesino, quizá algún cliffhanger, alevoso, premeditado); disfrutarás de una novela escrita para mostrar el artificio de la escritura, escrita con emoción desde el cerebro, intelectual desde las emociones. Una obra de arte que te pondrá a prueba, sí, pero ¿quién busca el recurso de lo fácil? Créeme: Lispector es a la escritura lo que Pina Bausch a la danza.
No soy capaz de explicar lo que hace Bausch, solo sentirlo, pero con la literatura sí que puedo. Y esa es mi batalla, lo lleva siendo desde hace más de dieciséis años. Transmitir mi pasión por los libros a los demás, acercar la literatura a todo el mundo, que nadie se sienta excluido al leer tal o cual nombre. Literatura para todos. Igual que paseamos por un museo y nos detenemos a contemplar un cuadro, escuchamos atentamente al guía y asimilamos, cada uno en mayor o menor medida (según nuestra mochila), su discurso. Este es mi papel en el Club Literario de Torremolinos. En mayo, Lispector.
Porque no necesitas ser un erudito para compartir lo que has aprendido.
Esto fue el jueves.
Y, el viernes, hacemos el primer viaje de promoción en nuestro nuevo coche, el Cerulian. No te vas a creer la razón por la que me sonaba esta palabra. Cerulian, cerúleo en inglés, es, efectivamente,
una denominación de color no específica: abarca un conjunto de colores que incluye el azul profundo, el celeste, el azul brillante y el azul con matices verdosos. También es similar al calipso, aunque este último puede variar hacia el turquesa.
Pero es que Thame Cerulian fue un maestro Jedi. Te lo juro. Lo acabo de comprobar. Es un personaje más que secundario, del que ni siquiera he encontrado una fotografía en internet. ¿Es posible que me sonara por esto? ¿Vamos a hacer la promoción del ewok a bordo del Cerulian? Parece que lo hubiéramos bautizado adrede.
Estrenamos el Cerulian con destino a Sevilla, a Canal Sur Radio, al programa La mañana de Andalucía que presenta Jesús Vigorra. Él no lo sabe, y no se lo digo, pero estoy nervioso. Soy fan y, ahora, invitado. Por su programa de libros, el que hacía en televisión, pasaron todos los grandes. Y también, es verdad, otros de los que nadie se acuerda. ¿A qué grupo pertenece este chico de Entrevías? Tiemblo al verle con mi libro en sus manos. Cuando lee mi biografía dice Esto está muy bien escrito. Entonces, me relajo. Nos miramos a los ojos. Empezamos a hablar mientras tú nos observas desde el control de sonido.
Sevilla todavía nos guarda otra sorpresa: comemos en la calle Feria con Belén Rubiano. Hemos hablado (bastante) por teléfono, por correo, pero no nos conocemos personalmente. Asumimos el riesgo. Los tres. Te cae bien, lo noto enseguida. Disfrutamos de la sobremesa y del paseo por la Alameda. Rubiano nos hace de guía hasta el Arco de la Macarena. Por la sombra, aunque sea más largo, como los sevillanos. No parece la primera vez que paseamos juntos.
Estreno tienda
He encontrado una forma de reunir todos mis libros recomendados en un solo sitio. Y además colaborar con las librerías independientes. Otros autores ya lo están haciendo y les va bien. No tanto como para pagar la factura de la luz, pero al menos obtendré una pequeña comisión por cada libro que compres a través de mis enlaces. ¡Y puedes elegir la librería! Todo suma.
Échale un vistazo y me cuentas. Se aceptan recomendaciones.
Contenido adicional
Si te has quedado con ganas de saber qué me preguntó Jesús Vigorra, aquí puedes escuchar la entrevista completa.
Una novela corta imprescindible en tu biblioteca: La hora de la estrella de Clarice Lispector.
Por alusiones, Rialto 11 de Belén Rubiano. Este libro, autobiográfico, cuenta las andanzas como librera de su autora. Te gustará por su sentido del humor y la galería de personajes que por él desfilan. Conocer a los autores que admiras, siempre es un riesgo. Ultimamente, me está saliendo bien.
Una película que también habla del arte desde dentro del arte. Musical. A Lau le fascinó: All that jazz (Empieza el espectáculo) de Bob Fosse.